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Introducción

Noruega.

País situado al norte de Europa perteneciente a la península escandinava junto con Suecia y conformando Escandinavia junto con Finlandia y Dinamarca. La mayor parte de la población vive en el sur dejando el norte del país con una densidad de poblacion buy baja y tal y tal...
Si quieres saber más, ve a Wikipedia y allí te informas. Vayamos al grano.

Noruega:

Es un país muy caro.
Alucinarás con la de chicos guapos y chicas guapas que hay allí.
Su calidad de vida es excepcional.
Sus paisajes son la hostia.
Chim, pon.


¿Por qué Noruega?

Pues no se muy bien el porqué, la verdad. Supongo que una mezcla de todo: fiordos, vikingos, sol de media noche... Tenía la suerte de tener un amigo allí, Jorge, (ahora tengo más de uno) así que aproveché la ocasión para verlo y de paso, cruzarme el pais en diez días. Toda una aventura.
La idea me surgió un año antes de emprender mi viaje así que tuve mucho tiempo para planearme todo el viaje minuciosamente, pero lo primero era marcarme una hoja de ruta, lo más difícil de todo.
En principio tenía pensado subir por Suecia desde Estocolmo con el tren de medianoche y bajar por Noruega fiordo a fiordo pero habiendo estado ya en Estocolmo y después de informarme un poco y descubriendo que los paisajes de Suecia no son muy ineresantes, (hasta la frontera con Noruega) lo descarté. También barajé la opción de empezar desde Rovaniemi, Finlandia, cruzar la frontera y bajar hasta Oslo pero tampoco me convecía mucho esa opción, así que decidí hacerlo sólo por Noruega. Ahora, la duda era si ir de sur a norte o al revés. Al principio no lo tenía muy claro, pero todas mis dudas se disiparon cuando por fin encontré mi razón de ir, mi meta.

- ¿Cuál es mi objetivo? -me pregunté-. Ver el sol de medianoche desde Norkapp, el punto más septentrional del continente europeo a 71º 10' 21" latitúd norte. -me respondí.

Vale. Sabiendo mi objetivo todo estaba más claro, pues si esa era mi meta, lógicamente, esa debería de ser la última cosa por ver, así el viaje cobraría mucho mas interés, expectación e incertidumbre, dejando lo mejor, el éxtasis de la travesía para el final. Sería como una vuelta ciclista a Noruega con una meta muy marcada: ver el sol de media noche desde Nordkapp. A demás, como Jorge vive en el sur, todo encajaría ya que los dos primeros días estaría con él descansando de la agitada vida londinense y mientras, Jorge me daría muchos consejos que después me vendrían muy bien en mi andadura al círculo polar ártico.

Ahora, con  mi objetivo definido para confeccionar la hoja de ruta, sólo tendría que pasarme cientos de horas cara al ordenador. No era nada la fácil. Sabiendo que aquel país es caro tenía que buscar las mejores ofertas de los mejores hostales, barcos, aviones, trenes, autobuses...etc y que a demás todo ello me coincidiese y encajase como un puzzle rompezabezas.

Lo primero era saber cuantos días iba a estar, así lo primero que compraría serían los billetes de ida y vuelta. El de ida sería a Oslo, al aeropuerto de Rygge, a sólo media hora de casa de Jorge, y el de vuelta lo haría desde el aeropuerto de Alta, un pueblecito a 237 kilómetros de Cabo Norte. Como Jorge trabajaba por esas fechas no me quedaba otra opción que salir en Sábado 4 de Junio, así pasaria el fin de semana con él y su familia y el Lunes 6 de Junio partiría hacia el siguiente lugar, ¿que lugar?, pues no tenía ni idea. Yo sólo sabía que en Noruega habían unos fiordos muy bonitos y Cabo Norte, así que tuve que informarme.

Jorge me ayudó bastante, me aconsejó un tren desde Oslo a Bergen que era una pasada. Para ello tuve que visitar http://www.visitnorway.com/  y ahí enterarme de todos sus paquetes de ofertas. Yo, por mi parte, me zambullí en un mar de foros y descubrí el Preikestolen, un púlpito a 600m de altura no muy lejos de la ciudad de Stavanger al Suroeste de Noruega y no muy lejos a su vez de Bergen, así que los primeros días de mi viaje ya empezaron a cobrar forma. Más adelante descubrí las islas Lofoten, unos archipiélagos muy escarpados y puntiagudos al noroeste del país, a mitad de camino de Nordkapp, así que ya tenía un punto intermedio por donde pasar antes de dirijirme a mi destino. También encontré otros muchos lugares de ensueño a donde ir como el graciar de Briksdal situado en el centro del país más o menos, pero como en esta vida todo no es posible, tuve que dejarme algunas cosas por ver como en otros muchos lugares que he visitado, que dicho sea de paso, las convierten en una muy buena escusa para volver. 
Para ir de Stavanger, en el sur,  a Lofoten, en el norte, estuve mucho tiempo pensando si merecía la pena subir en avión y así ganar tiempo, pero entonces me perdería mucho paisaje que era justamente lo que yo realmente quería ir a ver, así que decidí subir en tren, barco y autobús y me dejé los aviones para la vuelta como una especie de recompensa después de todo el esfuerzo y el desgaste que ya habría realizado para entonces.

Los billetes de tren y barco fueron muy fáciles de comprar. Las compañias Hurtigruten , Flaggruten y nsb me fueron muy útiles, a demás, en todas sus páginas web tenías la opción de ponerlo en ingés.

Los autobuses fueron el verdadero problema del viaje. Primero: muchas compañías no tenían la opción en inglés en su página web y segundo: los billetes no sabía cuanto me costarían y tampoco podía comprarlos por adelantado sino en el mismo autobús, lo cual me creaba una cierta incomodidad e inseguridad sabiendo que no lo tenía todo completamente atado. Lo único que pude hacer fue mirar horarios de salida y llegada pero ni aun así lo tenia nada claro.

He de decir que Noruega no es un país de mochileros, en cualquier otro sitio me habría dado igual dejar cosas sin planear e ir a la aventura, lo cual tambíén me encanta y me resulta excitante, pero Noruega no es el país indicado. Si pierdes un autobús, más concretamente en el norte, puedes quedarte colgado durante un par de días y el simple hecho de quedarte sin dinero en metálico y que de la casualidad que en el hostal no acepten tarjetas de crédito te puede costar un paseo de entre 20 minutos a 50Km  hasta el cajero automático más cercano según donde te encuentres.

Ahora que he mencionado la palabra "hostal", pasemos a los hostales.

En principio pensé en utilizar couchsurfing  pero aun no estoy muy familiarizado con él. Tenía que crearme un perfil, después ponerme en contacto con gente, entablar una cierta amistad y todo este proceso lo ví un poco largo. Ya en pleno viaje tuve tiempo de arrepentirme de ello, pero no adelantemos acontecimientos, todavía.
Para las ciudades más importantes Hostelworld me vino muy bien, pero para ciudades más pequeñas o pueblecitos, la cosa se fue complicando y tuve que buscar más a fondo. A demás de comparar precios también había que averiguar a que distancia se encontraban del pueblo, de la estación de tren o autobuses mas cercana y hasta que hora eran los check in por si tenía que avisarles con antelación, dado que en algunos casos iba a llegar más tarde de lo normal.

Cuando hube terminado todas las reservas, online chek in y compras de billetes, las imprimí, grapé las páginas que tenían que ir juntas, las uní junto con sus mapas correspondientes mas los horarios de autobuses, y con un bolígrafo azul, escribí en letras mayúsculas en la parte superior de las hojas para que era cada reserva, así no me confundiría. Finalmente lo metí todo en orden cronológico en un sobre de papel marrón tamaño A4 con la palabra "NORWAY" escrita en su cara superior con un rotulador permanente negro.
Ese sobre era mi vida. Tenía que cuidarlo como si de mi cartera se tratase. Si lo perdía, estaba completamente perdido.

Antes de decantarme por Noruega no sabía ni situarla en el mapa. Sabía que estaba en la peninsula escandinava, obviamente, pero no sabía si era el país de la derecha y por tanto, Suecia quedaba a la izquierda o al revés. Después de trazar la hoja de ruta acabé con tal conocimiento de la geografía noruega que podría haberme dedicado a ser el hombre del tiempo.

Para finalizar con esta introducción, me gustaría apuntar que ya sé de sobra que cuanto más te planeas algo, más probabilidades tiene ese algo de no cumplir tus expectativas, eso siempre lo tengo en cuenta, pero era el riesgo que tenía que correr porque no cabía otra opción.